Allá vamos, otra vez” es una flecha lanzada en defensa de los pueblos indígenas. El “desarrollo” de los pueblos indígenas en contra de su voluntad – en el fondo, para que otros puedan apropiarse de sus tierras y recursos – hunde sus raíces en el colonialismo del siglo XIX (“nosotros sabemos qué es lo mejor”) y viste ahora, en el siglo XXI, el disfraz de lo “políticamente correcto”. Los pueblos indígenas no son atrasados: son sociedades vivas y autónomas que, al igual que todos nosotros, se adaptan constantemente a un mundo cambiante.
«Allá vamos, otra vez» de Oren Ginzburg por servindi
Fuente: Survival